El Método SPEAR está inspirado en uno que vi hace mucho tiempo en internet (todavía no había empezado la carrera), aunque le hice varias modificaciones para adaptarlo a mi metodología de trabajo y a los aprendizajes que incorporé en la carrera de Coaching. La realidad es que lo busqué para mencionar al autor original, pero no lo encontré, ya que el nombre no es el mismo (no recuerdo el original)

Así que, esto es lo máximo que puedo hacer para mencionar las referencias de este método, probado y practicado por mí que, te doy fe de que, funciona.

De hecho, el otro día alguien me comentó un post preguntándome donde podía conocer más sobre el método y le tuve que responder que no tenía otra fuente, porque era de creación mía.

Fue por eso que decidí hacer este episodio, para ponerlo a disposición de la humanidad como recurso para mejorar sus vidas.

Sobre todo en este presente argentino de pandemia fase uno, donde la gestión de nuestros pensamientos y emociones se volvió algo fundamental.

Así que voy a empezar contándote un poco qué es el coaching, que, básicamente, es una profesión orientada a ayudar a las personas a descubrir su propio potencial interior. Porque todas lo tenemos, pero lo escondemos detrás de millones de argumentos arraigados, que se llaman creencias. Ellas, muchas veces, limitan la visualización de estos recursos que nos permiten desarrollarnos y crecer como personas.

El crecimiento personal es clave porque es la base de todos los otros crecimientos. Nadie puede ser un buen profesional sin antes ser una buena persona. O, por lo menos, no debería. No a nivel integral.

Lo primero que hay que trabajar es el SER. El coaching propone que podés cambiar tu vida si lográs ver la misma realidad que te atormenta, de otra forma.